Un proceso lejano en el tiempo y cercano en el alma. Pienso en él y me doy cuenta de las personas que han influido en mí, de las que están, de las que ya se fueron. Pero de todo lo que dejaron en mi camino.
Des-autorizados fue mi comprobación de que escribir un guión más que un trabajo es un viaje, en el que puedes toparte (y ojalá así sea) con tus lestrigones y tus monstruos más temibles. Que puedes hacer luz en algunas oscuridades y ver correr los unicornios. Des-autorizados fue una bajada al infierno y, afotunadamente, un viaje de regreso a la tierra.
En él conocí a Elia K. un especie de duende loco cuya tarea es contagiarte de dudas y contradicciones. Su hermano, el divertido Rafi, me pidió que ayudara a su desquiciada hermanita a escribir una "comedia". Todavía estoy esperando por la comedia porque Des-autorizados, definitivamente, no lo es. Y, por favor, no me pidan que etiquete este videoarte en un género conocido. No tengo la respuesta.
Durante esta aventura, aprendí a comer Torontos regados del piso y querer cada día más a José Ramón, Joel, Sabela y Gaby, como si fueran mi familia. Ah! también al pastor alemán de la casa, divino.
Durante esta aventura intentamos con fichas, con libros (desde Savater hasta Nietzsche), con cuentos (Kafka, por supuesto), con cenas, con encerronas, hasta el parto final.
Los personajes estaban allí, en la cabeza de Elia y alrededor de ella y en la mía y en la de Fernando. Y hasta que llegaron al papel de alguna manera.
¿Que si puedo hablar de alguna técnica? de algún formato? de alguna estructura? No, ninguna. Como profesora de guión, es mi mayor contradicción. Y es que nada diferente podía salir de escribir con Elia K.
Des autorizados es una de mis grandes revelaciones y de mis trabajos más queridos. Definitivamente de "adentro hacia afuera".
Escrito por: Rosa Clemente, Guinista de DESautorizados
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